lunes, 10 de febrero de 2014

VIEJO Y QUERIDO SAN BERNARDO


       Es en los días tristes y fríos, en los días grises en que una lluvia inmisericorde nos deja en casa como prisioneros, nos roba el ansiado fin de semana,  cuando con más nostalgia recuerdo los paseos en las mañanas tibias de otoño, en los amaneceres únicos e irrepetibles de la increíble primavera sevillana, es cuando más añoro, como si hubieran pasado años del ultimo, mis solitarios andurreos por los viejos barrios de SEVILLA.
         Ayer al despertarme, mientras pegaba mi cara a un cristal mojado, y en el cielo todo era color ceniciento, ese tono "panza de burra" que tanto odio, preparado para descargar y castigarnos con otra cortina de agua durante horas, he recordado un antiguo paseo por las calles de SAN BERNARDO.
           Había llegado allí lentamente, disfrutando de la visión de la GIRALDA, recortada sobre un cielo azul infinito, alzándose esbelta sobre el puente de TALAVERA HEREDIA.
      El puente, afortunadamente respetado y restaurado, es una obra magnifica de ingeniería, y es uno de los símbolos de arrabal torero, junto a él, pareciendo querer sostenerse, se levantaban algunas casas abandonadas del barrio.
Miercoles en la calle ANCHA.Principios del siglo XX.
         SAN BERNARDO, durante muchos años cayó en el olvido, atenazado por ese dogal que formaban las vías férreas de la cercana estación de CADIZ, actual y provisional mercado.  Fue, sin duda,  la resistencia de los pocos vecinos que siguieron en sus hogares y se negaron a abandonarlos, mientras en su entorno se iba extendiendo el vacío, las casas en ruinas y los muros agrietados; los comercios de toda la vida que aún casi sin clientes siguieron abriendo sus puertas; las peñas, incansables al desaliento, que siguieron viviendo con el recuerdo de su pasado esplendor, y la Hermandad, sobre todo la Hermandad, nunca es SAN BERNARDO más SAN BERNARDO que en la jornada del Miércoles Santo, cuando su Cristo y su Virgen arremolinan en su rededor a todos sus hijos, los que se quedaron y los que, reveses de la vida, tuvieron que irse lejos de su lado,los que lograron que en su estrechas calles, siguiera latiendo con dificultad, como enfermo pero sin dejarse morir, el corazón y el orgullo del barrio.
    Bajo el Sol que tenuemente se iba espabilando, comencé a bajar por la calle ANCHA, en una de sus primeras casas, un azulejo nos recuerda que allí nació un muchacho rubio que, con el paso del tiempo, se convertiría en uno de los grandes toreros de SEVILLA, PEPE LUIS VAZQUEZ.
Azulejo original en la casa natal de PEPE LUIS VAZQUEZ
           Seguí adentrandome en el barrio , por entre las callejas sosegadas y en calma: COFIA, GALLINATO, SANTO REY, y comprobe con alegría y esperanza,  como el barrio poco a poco volvía a resurguir, quizás con nuevos vecinos, con mayor poder  económico, quizás perdiendo en gran parte ese sabor popular que desgraciadamente estaban perdiendo, e incluyo a TRIANA, los viejos barrios de SEVILLA, pero al menos recuperaría familias que junto con las antiguas, lo harían renacer nuevamente como el AVE FENIX  de sus cenizas.Donde antes se levantaban los puntales, la higuera bravía sobre las tapias y el jaramago, se construyen nuevas casa, nuevos hogares que para mi satisfacción, en general, son bastantes respetuosos, ciertamente fieles al carácter, a la fisonomía de SAN BERNARDO.
Calle del barrio rematada por la torre de la Iglesia.
           Los pequeños balcones de hierro forjado, la altura homogénea, los paramentos de cal blanca, lucirán embelleciendo poco a poco las estrechas calles.
         Otro pequeños azulejo sigue manteniendo vivo el recuerdo del BRIGADA RAFAEL MACIÁS, con su clarín y su alazán, personajes popular de nuestra SEMANA SANTA.
         Y sueño que, como antaño, una vecina, en bata y zapatillas , saldrá a baldear su parte de acera, y otras estarán en la acera con las cestas de la compra, con los avíos del puchero, que luego inundara con su exquisito olor desde la ventana de su cocina toda la calle, las mismas "comadres" que bajo la luz de un farol, cuando caiga la noche, se sentaran en graciosa tertulia, en las puertas de sus casas, disfrutando de la leve brisa, en una escena que parece estar esperando los pinceles de GROSSO o BACARIZAS para plasmarla en un lienzo.
Tertulia perdida para siempre.
         Casi sin darme cuenta, entre sueño y sueño, llegue a la grandiosa Parroquia y mientras miraba, hipnotizado, el hermoso retablo con el crucificado de la Hermandad, resonaron en mi mente con emoción remozada estas palabras:
            ¡ Dios te salve, viejo y querido SAN BERNARDO!.Ojalá tu Cristo te devuelva la Salud, la vida, el sabor de barrio, barrio, que antaño tuviste.Ojalá  que tu Virgen sea Refugio seguro y cercano para todos aquellos que, en la distancia, siguen soñando con volver un día a tus calles.

Refugio delante de su azulejo.
   P.S. - Este paseo fue real en un día indeterminado del año 1.993, cuando SEVILLA se despertaba lentamente del sueño de la EXPO.SAN BERNARDO nunca más volvió a ser ese barrio de sevillanos humildes y sencillos, lleno de gracia popular, sino  un barrio, en general, de familias "bien", tirando a pijas, pero al menos, sigue siendo agradable pasear por sus calles que no se han convertido, afortunadamente, en una prolongación de NERVIÓN.
  
Foto. La del rosario de la Aurora de la Virgen del Refugio es de ROBERTO VILLARICA.            

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