jueves, 28 de marzo de 2013

Y ASÍ SEVILLA LE REZA.

¡Sevilla, levántate y enciende los cirios apagados, arrebata el estandarte al nazareno penitente y toma tú misma la voz! Hemos venido hasta la Esperanza, y ante ella proclamamos un credo nuevo, pero siempre repetido, el credo de los macarenos, reformulado a nuestra manera. Y así lo confesamos:

 

¡Sevilla, Sevilla entera

unida en protestación

de fe por la Macarena!

Unir las voces yo quiero

de los que sólo la miran,

y Avemarías no aciertan,

de los que besan sus fotos,

los que al buscarla la encuentran,

de las madres recién madres,

y de las madres de vuelta

de aquellas horas de duelo,

de aquellas noches en vela,

de los padres y los hijos

enredados en pelea,

que suspenden por un rato

sus lances para ir a verla.

¡Sevilla, Sevilla entera

unida en protestación

de fe por la Macarena!

Sevilla diciendo a coro,

“Creo en Dios, porque la hiciera

Creador de la Hermosura

Creador de su Grandeza.

Que hizo el cielo por bajarla

e hizo al bajarla la tierra,

que hizo visible en su nombre

las maravillas excelsas

y en Ella puso invisibles

la Gracia y la Vida eterna.

¡Qué bien suena! ¡Qué bien sale!

con la voz sin temblequera,

Sevilla, Sevilla entera

unida en protestación

de fe por la Macarena!

Creo en Jesucristo, el Hijo

de Dios y de Madreperla,

nacido antes de que el tiempo

en Madrugás se viviera.

Dios de Dios y luz de luz,

Dios por Dios y Luz por Ella.

Dios verdad de Dios verdad

Verdad que en San Gil se muestra,

engendrado, no creado,

hecho de aquella manera

como tiembla la esmeralda

sin que una mano la mueva,

con el Padre Omnipotente

de su igual naturaleza,

del Padre, que lo hizo todo

y en Ella tuvo su meta.

Sevilla reza: “Yo creo

que Cristo pisó las piedras

de la calle San Luis

del Pumarejo y de Feria,

que por nosotros los hombres

y por salvarnos, quisiera

por obra del Santo Espíritu,

sembrarse junto a la acequia

que es Santa María la Virgen

pero aquí se dice Reina.

Que se hizo hombre y se hizo

el Señor de la Sentencia,

y entre Centuria y Pilatos,

y entre gandinga y cornetas,

padeció y fue sepultado

pero fue losa ligera,

que resucita glorioso

antes que nos demos cuenta.

Resucita antes que nadie

y es primicia y es bandera

de esperanzada alegría

por calle Parras de vuelta.

Que Jesús vuelve a la vida

y sube al cielo y se sienta

a la derecha del Padre

y allí permanece y queda

como se queda dormido

con Rosario en su belleza,

y así es más dulce el juicio

y así el Reino manifiesta.

Creemos en el Espíritu

que da vida y nos alienta,

que es paloma que se posa

en la rama y la veleta,

que es del Padre y es del Hijo,

y con ellos se revela,

mientras habla por tus ojos

esa voz de los profetas.

Sevilla, puesta a tus plantas,

creyendo por ti en la Iglesia,

que es Una, Santa, Católica

y Apostólica, confiesa

que se bautiza en los pétalos

que caen de las azoteas,

y así limpia sus pecados

en morada penitencia.

Sevilla espera por ti,

que los que mueren no mueran,

y al llegar tú resuciten

y entonces Sevilla entera,

se una en protestación

de fe por la Macarena.

Sevilla nunca termina

de responder: Que así sea.

cuando recita este Credo

Macareno a su manera.

Ella en el centro de todo.

Sevilla, Sevilla entera,

cuando repite tu nombre

se crucifica y se eleva,

Tu nombre en protestación

de fe por tu nombre auténtica.

Tu nombre como una cruz

y tu nombre por respuesta.

¡Macarena, Macarena, Macarena, Macarena, Macarena!


ENVÍO: Con mi más sincera felicitación a FRANCIS, hermano de túnica negra de MARTES SANTO.Que razón tenias cuando en el pasado boletín de la Hermandad dijiste que tu triunfo sería el triunfo de los JAVIERES, de una hermandad sencilla, humilde, casi anónima para muchos, y que se honra en tener como PAVERO a tan grandísimo PREGONERO.

 

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