sábado, 17 de marzo de 2012

UN CANTARO Y UNAS LATILLAS


              He vuelto a verte junto a los faldones, anónimo, ignorado por todos, soportando, con santa paciencia, los empujones, la inconsciencia de la gente.He vuelto a verte con tu cántaro y tus latillas, servicial, atento a la voz de cualquier costalero.
             El paso se para, los cuatro zancos al suelo.Te asomas a las trabajaderas para ver si alguien necesita agua.Un chaval te pide un poco para remojarse el gaznate, seco de tragar saliva, al momento, le tiendes la latilla llena hasta arriba.
            Suena el martillo, el capataz mete prisa porque hay que seguir el recorrido, cumplir los horarios.El chico te devuelve el recipiente vacío, apurado de un solo trago y vuelve, casi de un salto,  a su sitio en el palo.
            Al ponerte en pie has sentido el mismo dolor de siempre, el latigazo que te corre la espina dorsal y al que casi te has acostumbrado.
            Ves como se eleva el paso, impresionante.Ves como cae a plomo, grandioso, y te parece como si tu también recibieras la sacudida en el cuello, preparado, con bríos para empezar otra vez a andar.
            Sigues allí, pegado al paso, emocionándote con la marcha que ahora toca la banda.Me fijo por un instante en tu arrugado rostro, por tu tosca mejilla parece resbalar una lágrima.
            Estas recordando aquellos años en que eras costalero, por tu mente esta pasando muy deprisa la película de tus recuerdos, de cuando empezaste siendo casi un niño, de aquellos días de iguala, de cuadrilla, de faja y costal.
            Y habrás recordado las reuniones de Vicente en la Taberna del Punto, donde pegabas la oreja, chiquillo curioso, para aprender de las anécdotas de buenos costaleros, Y habrás vuelto a ver a los Ariza igualando por las calles de Triana, y al gran Rafael Franco haciendo maravillas con su cuadrilla de "ratones", gentes de la colla del muelle.Y recordaras a Juan Vizcaya, y a Salvador, y al Moreno y al Gordo Luque.De nuevo, habrá  venido a tu mente el recuerdo de aquel glorioso día en que por primera vez hiciste una mudá.
            Ahora estas sintiendo tristeza y rabia a la vez, porque has vuelto a revivir el momento en que tu capataz te digo que ya no podrías sacar más pasos, que no estabas bien, que ya eran muchos años y aquel seria el ultimo.Tu orgullo, el veneno de la afición se rebelaban, pero sabias en el fondo que lo decía por tu bien.Pero tu no querías dejar ese mundillo, no querías alejarte de esos chicos, los hermanos costaleros, entre los que había tantos que te tenían como ejemplo, que no se cansaban de escuchar tus historias de viejo patero, por lo que le propusiste ser, a partir de la próxima Semana Santa, el aguaor de la cuadrilla.
          Desde entonces has estado siempre a su lado, con nuevos nombres, con nuevas caras, pero, al fin y al cabo, tu cuadrilla de siempre; dándoles de beber, dándoles buenos consejos de veterano, dándoles palabras de aliento, de las que gustan cuando ya se notan los kilos, en cada levanta.Y siempre junto a los faldones, pegadito a los zancos, con tu cántaro y tus latillas, ese cántaro, viejo amigo aguaor, que permiteme hoy llenar en tu honor, con las lágrimas de tus recuerdos de antiguo costalero.

2 comentarios:

  1. Magnifica entrada Tritri, no sabía que también conocías ese mundo del costal.
    Un abrazo, ya queda nada.

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  2. Fali miarma, lo que sé del mundillo del martillo y del costal se lo debo a las charlas amenas, a las añoradas tertulias con mis buenos amigos los hermanos CHACÓN, JOSE MANUEL BETANZOS, y ese pedazo de pan que es JOAQUINITO ADAME,amén de las clases "particulares",con un buen papelón de pescao frito y unos tintos,de maestros en el mandar como D. ALBERTO GALLARDO o D. MANUEL SANTIAGO (q.e.p.d.),¡ casi ná !.Amigo, ya casi se sienten alpargatas costaleras en la rampla del Salvador.Un abrazo.

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