jueves, 23 de junio de 2011

NIÑOS SEISES


                 
               Sevilla volverá a ser testigo, nuevamente, de uno de sus ritos más hermosos, volverá a gozar de una de sus más vivas tradiciones, cuando vosotros,  NIÑOS SEISES, volváis a bailar ante el Santísimo.
                Una vez más os reuniréis en la sacristía de la Capilla de la Antigua, para vestiros el jubón y las calzas, para volveros a poner el sombrero emplumado y los chapines con las cintas de colores.De nuevo, el Sol de Sevilla se prenderá en vuestros galones, de nuevo el color rojo del clavel lucirá en el gracioso traje con el que danzáis ante Jesús Sacramentado, al igual que luce el cielo infinito y celeste cuando lo hacéis en honor de su Madre la Virgen, la Pura y Limpia, la Concebida sin Mancha y le cantáis: 
             
              "Más dulce que la miel, más bella que la flor, más pura que la luz, más límpida que el Sol, por Madre de su Verbo, Dios Padre te eligió, y en su primer instante, la Gracia te inundo".


          La Gracia en mayúsculas de María Stma,y la gracia y el donaire de vuestros pasos cuando,de nuevo, las naves catedralicias se inunden con el eco cristalino de las pequeñas voces de la Escolanía, con el son  del violín antiguo, con el repique flamenco de vuestras castañuelas.
                 Otra vez volverá a gozar Sevilla de sus más puras esencias al veros girar, cruzaros bailando, arrodillándoos en esos mágicos pases con los que alabáis a Dios delante del impresionante escenario que es el Retablo Mayor de la Catedral.


         
        Y seguiréis bailando ante los ojos maravillados de los que os contemplan, como siempre, como lo hacéis desde hace siglos.Dice una vetusta leyenda que ejecutaréis vuestras danzas mientras vuestros trajes aguanten y no se deshilachen de puro viejo, pero el Giraldillo de lo alto de la torre, el bronce del grandioso tenebrario, lo imponente sillería del coro,la Inmaculada cieguecita de Montañés, saben que esa leyenda no es cierta, porque vosotros, NIÑOS SEISES DE SEVILLA, continuaréis encantandonos con el son de vuestras castañuelas, con el torrente infantil de vuestras limpias voces, mientras Sevilla siga siendo Sevilla, mientras esta antigua Ciudad se sienta orgullosa y guarde como oro en paño sus más ancestrales costumbres, aquellos pequeños y grandes momentos que la hacen única en el Mundo, mientras los sevillanos sean respetuosos con todo lo que conforma la auténtica e insólita Sevilla.
              
   Y siempre que esto sea así, vosotros danzaréis, teniendo el privilegio de, cuando los canónicos de la Catedral, las máximas autoridades eclesiales de la Ciudad permanezcan arrodillados, seguir de pie, tocados con vuestros chambergos de plumas, bailando alegres en señal de adoración, en presencia del mismo Dios. 
               

2 comentarios:

  1. Una de las miles de cosas por lo que está Bendita ciudad es única es ver bailar a los Seises.
    Merece la pena, que los trajes les duren muchos años.
    Un abrazo.

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  2. Amigo Naranjito, a pesar de algunos sevillanos que se creen más cultos, modernos y viajados y que confunden tradiciones y costumbres seculares con rancia carcundía e inmovilismo,a pesar de los otros que se creen los defensores de las más pura sevillanía y no saben distinguir entre progreso, avance de la Ciudad de la falsa arquitectura, de la vanguardia de cartón piedra, nuestra vieja y sabia Sevilla siempre sera noble, leal única e irrepetible. Esperemos que por muchos años.Un abrazo.

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